Las bebidas isotónicas suministran sodio, potasio, magnesio, calcio, cloro y fósforo. Si el bolsillo lo permite, podemos adquirirlas en cualquier supermercado. Pero sino, podemos prepararla en casa fácilmente.
Su aporte de agua evita la deshidratación y la concentración de hidratos de carbono en un 6%-8% es efectiva para mantener el equilibrio de líquidos, proporcionar energía, reducir la degradación de las reservas de glucógeno, ayudar a mantener estables los niveles de glucosa en sangre y acelerar la asimilación del agua. Si la bebida tuviera menos del 5% de azúcares, aportaría poco valor energético, pero si esa proporción superara el 10% se retrasaría el vaciamiento gástrico y la absorción del líquido, lo que podría provocar diarrea y otras molestias gastrointestinales.
Cómo prepararla en casa
Ingredientes:
El jugo de 1 ó 2 limones, naranjas o pomelos
1 litro de agua
1 cucharada grande de miel
1 pizca de sal
1 pizca de bicarbonato de sodio
Mezclando un vaso (200 cm3) de jugo exprimido de naranja, pomelo y/o limón (cuanto más variedad de cítricos, más completo) + la miel + el agua. De esta manera nos queda una concentración de HdeC al 6% y la fruta nos aporta sodio y potasio, electrolitos imprescindibles para prevenir la aparición de calambres musculares.
Es conveniente beberla fresca ya que los líquidos fríos abandonan antes el estómago y se evita así la sensación de hinchazón.
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