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lunes, 14 de marzo de 2011

La MERRELL ADVENTUR RACE una experiencia hermosa pero durísima.

Esta carrera era uno de mis objetivos para este año, quería correr una carrera de Aventura en las sierras o en la montaña, tenía la experiencia de haber corrido el año pasado los 14 km de Sierra de la Ventana y los 17 km de Caviahue (en Neuquen), que con la perdida que me pegue termine haciendo 20 km.
Este año comencé a entrenar con esa meta por eso desde enero le dedique mucho al entrenamiento de resistencia y fuerza, salía a correr por caminos de tierra con desniveles, en los medanos y hacia pasadas en cuestas, entrenaba como hidratarme y reponer energía comiendo frutas secas, creía que estaba preparado para hacer el circuito en 2h 20m, pero como dice el dicho “la vida te da sorpresas” y esta fue una de esas jajajaja.

Esta competencia la MERRELL ADVENTURE RACE de Tandil es total mente diferente a las otras competencias que había corrido, la largada fue a las 9 hs. en la Portada del Parque Independencia, desde ahí fueron en ascenso unos 800 mts hasta el Castillo Morisco, luego venía un descenso rápido y nos metimos en calles entoscadas hasta salir a la ruta.



En la ruta recorrí aproximadamente 6 km de subidas y bajadas con mucho viento en contra, que me hacia pensar en cuidar las piernas pensando en lo que iba a venir (pero nunca imaginando lo que fue), luego empezamos a recorrer caminos vecinales de tierra con mucho barro ya que estuvo lloviendo todo el día sábado por lo que se hacía bastante pesado.

Aproximadamente en el km 10 nos internamos en unos campos donde corríamos por unos senderos angostos de pasto y llanura, pero que cada tanto te sorprendía una roca que salía, ahí varios compraron terreno y algún raspón.

Luego a partir del kilómetro 17 vino lo peor las escaladas por las Sierras de Tandil y la Sierra de las Ánimas (algunos las llamaban paredes), a esto me refería que era diferente a todo lo que había corrido eran escaladas de 600 metros que comprendía como subir escalones de uno 50 cm de piedra en piedra, pasando una escalada venía un pequeño descenso en un terreno totalmente irregular que casi no se podía correr debido a la cantidad de piedras ( y también a la falta de experiencia en este tipo de terrenos) y de ahí otra escalada a una cima más alta, ya no sabía si eran mejor las bajadas o las subidas, en cada una dejaba todo y parecían interminable, no sabía si mirar cuanto faltaba para llegar arriba o solo mirar adelante, en cada bajada empezaba a sentir la cintura y los músculos de la espalda (a me olvidaba de los cambios de temperatura que se producían del calor pasábamos al frío en cuestión de minutos),

así fueron los últimos 9 km (DURÍSIMOS), para todo esto ya se había pasado el tiempo que tenía previsto hacer (2h 20m), y con el panorama que venia lo que pensaba era solo poder terminar entero corriendo y no caerme con la posibilidad de algún golpe fuerte (como hubo) o de esguinsarme un tobillo.

Ya en los últimos 1000 metros, viendo el dique, el parque Independencia y sintiendo la música de la Murga que alegraba la llegada de los competidores me volvieron las fuerzas a renacer y termine la competencia bien ……. CANSADO, pero sintiendo una emoción enorme al ver a Luciana y Juan Bautista en la meta, el reloj se paró finalmente en 3h 21m 59s la primera vez que corría durante tanto tiempo (tanto entrenar dio sus frutos).

Esto lo pude hacer gracias al apoyo y al aliento incondicional de mi familia y principalmente de mi mujer que me banca en todo, para salir a entrenar. Ahora como me dijo un amigo a recuperarme bien y a buscar otro desafío, siempre representando a mi ciudad.

Autor: Alejandro De Meio.
En el siguiente enlace podrán ver un video de la competencia:

miércoles, 9 de febrero de 2011

Claudio Veralli y su gran aventura.

…Sábado 05 de Febrero, hora 09:00 AM, San Martín de los Andes, Neuquén. Se estaba por largar la Vuelta al Lago Lacar, un evento internacional con un recorrido paradisíaco; me invadía todo lo que había pensado sobre la carrera durantes los meses de entrenamiento, parecía un sueño que ya había llegado el momento de “disfrutar de la gran aventura”.
Éramos un centenar de corredores, todos vestidos de la misma forma, para poder identificarnos a lo lejos.
Cada uno con una bicicleta “muy bien preparada para esos terreno”, solo la mía era algo distinta, ya que no tenia suspensión ni frenos a disco en ambas rueda (cosa que me di cuenta que es una gran desventaja) parte de la experiencia jajaja.. La carrera comenzó con una gran trepada nada menos que unos 6 Km de pendiente muy fuerte, tal es así que el velocímetro no marcaba más que 7,5 Km/h. ese tramo comenzó con percances para mi, la falta de experiencia y la adrenalina me jugo una mala pasada, ya que se me trabaron los cambios y la cadena se salio. Luego un poco más tranquilo empecé a remontar en la clasificación. Mi fuerte era lo llano y algunas pendientes, mi contra fueron las grandes bajadas muy “serruchadas” que con mi humilde “bici” en ocasiones bajaba a 44Km/h. una cosa muy loca ya que con los golpes perdí los anteojos, los alimentos que llevaba y la hidratación. Esto no es nada 2,5 Km antes de llegar al puesto donde dejaba la bici, perdí el asiento por completo, cosa que causo bastante sorpresa en la gente que realizaba el control de llegada.
Ni bien me baje de la bici me cambie y empecé a trotar hasta el lago, allí unos de los organizadores me pregunto en que cruzas. “en kayak” o “en gomon” (vale aclarar que en la reunión técnica del día anterior yo había comunicado que no tenia experiencia en “navíos” por lo tanto las dos cosas eran “raras para mi”), en ese momento espere a otros competidores que venían atrás mío y con ellos crucé el lago en gomon.

Una vez en tierra firme empecé el alocado running (29.6 Km.). La idea es seguir unas marcas dispuestas sobre los árboles que te indican el camino. El trayecto comenzó por la costa del lago y luego entramos en el espeso bosque sureño. Luego de unos minutos de trote veo que no hay más marcas y no puedo encontrar las pisadas de los que van delante mío…me perdí… si lo hice…. tuve que retroceder unos cuantos cientos de metros hasta que encontré a otro corredor: Carlos….con el emprendimos nuevamente la carrera.

Pasada una hora y media de carrera el terreno empezó a ponerse muy difícil la espesa vegetación no dejaba ver más allá de 6 a 7 metros, lo que obligaba a estar muy atento. El terreno empezó a ascender de golpe en forma muy pronunciada. Estábamos subiendo un cerró llamado “Cerró Vizcacha” (nombre que no olvidare jamás….) subimos unos 1400 metros, escalando, trepando árboles, saltando arroyos, el suelo era un jabón tenias que agarrarte de lo que podías para mantenerte en pie y avanzar. En un momento mire para arriba y tuve un gran mareo, a tal punto que me detuve. En ese instante Carlos me pregunto si estaba bien, ¡!maso!! le dije. En seguida se dio cuento que no la estaba pasando bien. Nos detuvimos un instante y me pregunto que alimentos traía y que había comido durante la carrera. ¡! Traigo un gel (suplemento dietario) y una barra de cereales, y en bici no pude alimentarme demasiado ya que había perdido lo que traía. NNOOOO!!! Me dijo amarrándose la cabeza. Enseguida me dio lo que el llevaba. Almendras, nueces frutas secas, etc. Y sus palabras fueron “vamos juntos “, a los 5 minutos estaba en condiciones de marchar y retornar el ritmo. Durante el resto del recorrido nos hidratamos en los arroyos que cruzamos y en los puestos de control tomábamos sales hidratantes.

En más de una oportunidad se me paso por la cabeza abandonar, pero pensaba en mi familia que me estaba esperando en la llegada y el esfuerzo que habíamos hechos (mi familia y el apoyo de mis amigos) para poder estar allí. Al cabo de 277 minutos de trote al fin LLEGUE…. Con un montón de emociones controladas y con la satisfacción de haber podido vivir una aventura que jamás podré olvidar. Seguramente el año próximo volveré estar allí. Gracias Familia, amigos y por supuesto a Carlos.

Autor: Claudio Veralli.

lunes, 8 de noviembre de 2010

"VIVEN" La anécdota.

Gustavo Ocampos, Cesar Llanos y Alejandro De Meio.
"LOS FABIANES"
Fabián Herrero y Fabián "COCO" Pagliaro.


Esta no es la historia de los supervivientes del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, ni de unos San Martinianos, o aventureros que quisieron emular el cruce de los Andes en el Bicentenario de la Patria, son simplemente un grupo de atletas que fueron a competir en el lV Campeonato Nacional de Aventura para veteranos, en la modalidad Running en Montaña.


El entusiasmo y seguramente la inexperiencia en este tipo de competencia hizo que no prestaramos la sufiente atención a la explicación del recorrido que dieran el día previo a la carrera, "nosotros solo queriamos correr".


El día de la carrera amaneció con temperaturas bajo cero y un viento helado, ya que el día anterior estuvo nevando toda la tarde, los atletas dudábamos que ponernos para correr, si calzas o pantalones cortos, remera térmica o impermeable, guantes, gorro; el único que la tenía clara era "COCO" acostumbrado por el trabajo a las bajas temperaturas corrio de musculosa y calza larga para las piernas.


Luego de la entrada en calor todo era alegría, íbamos a correr, el paisaje era espectacular, el contacto con la naturaleza y por que no la obtención de un titulo a nivel nacional, que más se podia pedir.

Eran las 11 hs cuando se largo, varios picaron rápido en punta ya que el trayecto era plano, sobre asfalto, a orillas del lago Caviahue, y una camioneta nos guiaba hasta el acceso a la montaña; hasta ahí todo bien el problema comenzo al entrar a la montaña, no era solo una dificultad por su subida, por el barro, por la altura sobre el nivel del mar o por la nieve, sino por los desvíos de caminos a los que debíamos tener especial cuidado (siempre a la derecha nos habian dicho, no tienen como perderse), pero bueno del dicho al hecho hay un largo trecho y ahí comenzo la verdadera aventura.

Por un lado está la historia que tuvieron Fabián "COCO" Pagliaro y Fabián Herrero ambos compitiendo por quien era el más rápido de la categoría junto a Gustavo Ocampos, ya que son de la misma edad, pero tan rápido iban que se pasaron de largo en algún cruce, y según cuentan tuvieron que subir más de la cuenta para poder ubicar Caviahue y de ahí poder volver, por suerte le pudieron ganar al "gato" Lambrech que andaba por ahí mostrando sus uñas muy acompañado, el dice que no se perdio con la damicela pero que tardaron en llegar nadie lo duda.


La otra la puedo contar en carne propia por que me sucedio a mí, y a Cesar Llanos, nosotros no íbamos tan rápido, pero a 5 Km del final no prestamos atención al camino y nos pasamos 1, 5 km de largo, hasta que nos topamos con una pared de roca que nos indicaba hasta acá llegan se equivocaron de camino, para todo esto tuvimos que cruzar de ida y vuelta un arroyo de agua helada en la que al salir de el los pies no se sentían.


Al retomar el camino correcto y mientras nos internábamos en el bosque de araucarias lo que me llama la atención es que desde arriba empiezan a parecer atletas de todos lados entre los que se encontraban algunos atletas de mi categoría y Gustavo Ocampos con la mano lastimada por alguna caida, por lo que pienso ganó el "COCO".

Gustavo llevaba la mirada perdida al frente tratando de rotomar y recuperar la distancia perdida, ya que aspiraba a retener el campeonato logrado el año pasado en Sierra de la Ventana, lo que no sabía era que los dos Fabianes (Pagliaro y Herrero) de tanto correr casi cruzan la cordillera, por lo gustavo les gano y pudo lograr la segunda posición.


Ya recuperados de la perdida de tiempo y habiendo hecho casi un medio maratón de montaña sin querer, llegamos a destino todos en buenas condiciones.


Esta y otras historias más permanecerán en la memoria del grupo que viajo a Caviahue y compartío tres días hermosos que jamas olvidarermos.

Autor: Alejandro De Meio.

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viernes, 11 de septiembre de 2009

Esta si que es una entrada en calor.

Era un día muy caluroso en Noviembre del año 2008 y se corría la última fecha del Campeonato Provincial de Fondo en el circuito de la Estancia La Malvina, mientras se estaba corriendo la carrera de 5 Km. la mayoría de los corredores que compiten en la distancia de 10 Km. realizaban la entrada en calor a la sobra de los álamos y pinos del lugar, excepto por un corredor que se tomo muy a pecho lo de la entrada en calor y realizó la misma dando una vuelta al circuito, junto a los corredores que en ese momento estaban corriendo los 5 Km., y es así que en plena subida Guille Brond quien estaba compitiendo en 5 se ve sorprendido por COCO Pagliaro que lo supera, entonces le pregunta que haces coco, y este le responde, estoy entrando en calor.

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Más rápido que una moto.

Esto sucedió el año 2008 en Macachín durante la carrera de 10 Km., como siempre ocurre en este tipo de carreras se utiliza un coche o moto guía, para que los corredores no se equivoquen de circuito a la hora de correr. En este caso se utilizo una moto guía, la misma estaba a unos 10 metros de los corredores cuando se largó la competencia, lo curioso o cómico por decirlo de alguna manera fue que a los cien metros de haber largado había un corredor que iba por delante de la moto, quien es ese que va delante de la moto se preguntaban los espectadores, era Fabián Pagliaro o como lo conoce la mayoría COCO PAGLIARO, ese fue el día que coco fue mas rápido que una moto.

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El día que largue último.

Fue en mi primera carrera cuando corrí en Eduardo Castex, era por el Campeonato Provincial de Fondo 2007, la mañana era fría y lluviosa, por lo que los corredores estábamos dentro del edificio de la municipalidad, y es ahí donde me encuentro con Alejandro Córdoba, el que me da una serie de recomendaciones antes de la largada, una de ellas era que a la hora de largar no saliera rápido como iban a salir los que corren regularmente, ya que me podía llegar a ahogar y quedar sin aire al comienzo de la carrera.
Entonces cuando llega la hora de la largada se da lo que me había dicho Alejandro, salieron todos corriendo fuerte, el tema fue que yo salí corriendo tan despacio que cuando miro para atrás no había nadie, me habían superado hasta los más veteranos, incluso a algunos de ellos no los pude alcanzar durante la carrera y me ganaron; para la próxima carrera tome mis precauciones, pero con la experiencia ya vivida y un poco más de entrenamiento, eso no me volvió a suceder, incluso pude ganarle a ese veterano que me había dejado la espina de no haberlo podido alcanzar.
Por Alejandro De Meio.

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