Una vez en tierra firme empecé el alocado running (29.6 Km.). La idea es seguir unas marcas dispuestas sobre los árboles que te indican el camino. El trayecto comenzó por la costa del lago y luego entramos en el espeso bosque sureño. Luego de unos minutos de trote veo que no hay más marcas y no puedo encontrar las pisadas de los que van delante mío…me perdí… si lo hice…. tuve que retroceder unos cuantos cientos de metros hasta que encontré a otro corredor: Carlos….con el emprendimos nuevamente la carrera.
Pasada una hora y media de carrera el terreno empezó a ponerse muy difícil la espesa vegetación no dejaba ver más allá de 6 a 7 metros, lo que obligaba a estar muy atento. El terreno empezó a ascender de golpe en forma muy pronunciada. Estábamos subiendo un cerró llamado “Cerró Vizcacha” (nombre que no olvidare jamás….) subimos unos 1400 metros, escalando, trepando árboles, saltando arroyos, el suelo era un jabón tenias que agarrarte de lo que podías para mantenerte en pie y avanzar. En un momento mire para arriba y tuve un gran mareo, a tal punto que me detuve. En ese instante Carlos me pregunto si estaba bien, ¡!maso!! le dije. En seguida se dio cuento que no la estaba pasando bien. Nos detuvimos un instante y me pregunto que alimentos traía y que había comido durante la carrera. ¡! Traigo un gel (suplemento dietario) y una barra de cereales, y en bici no pude alimentarme demasiado ya que había perdido lo que traía. NNOOOO!!! Me dijo amarrándose la cabeza. Enseguida me dio lo que el llevaba. Almendras, nueces frutas secas, etc. Y sus palabras fueron “vamos juntos “, a los 5 minutos estaba en condiciones de marchar y retornar el ritmo. Durante el resto del recorrido nos hidratamos en los arroyos que cruzamos y en los puestos de control tomábamos sales hidratantes.
En más de una oportunidad se me paso por la cabeza abandonar, pero pensaba en mi familia que me estaba esperando en la llegada y el esfuerzo que habíamos hechos (mi familia y el apoyo de mis amigos) para poder estar allí. Al cabo de 277 minutos de trote al fin LLEGUE…. Con un montón de emociones controladas y con la satisfacción de haber podido vivir una aventura que jamás podré olvidar. Seguramente el año próximo volveré estar allí. Gracias Familia, amigos y por supuesto a Carlos.
Autor: Claudio Veralli.
No hay comentarios:
Publicar un comentario